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Foto del escritorAlvaro López

El Sueño, Insomnio y la Salud Mental

Introducción

 

Hay una expresión que utilizamos a menudo que es “morirse de sueño”, pero… ¿es eso posible?


Puede ocurrir, aunque es algo altamente improbable


Menos de 100 familias en el TODO EL MUNDO padecen el insomnio familiar fatal que hace que, cuando se desarrolla la enfermedad, la persona deje de poder dormir. Hay un momento en el que, literalmente, significa que no echan ni unos minutitos de sueño. Esto desemboca en alucinaciones, pérdida de peso, demencia y, en el curso de unos meses, desgraciadamente el fallecimiento.  



Pero tranquilo, casi con toda probabilidad no es algo que te vaya a pasar a ti. Para que te hagas una idea, es 15 veces más probable que te caiga un meteorito encima (basado en estadísticas) a que padezcas dicha enfermedad.


Te hablaba de este caso extremo para ejemplificar cómo de importante es dormir. Porque efectivamente, si no duermes nada en absoluto, te mueres. Pero también es algo que no pasa salvo que padezcas de una enfermedad tan improbable como esta.

 

Ahora, lo que sí existe es el insomnio. Y aquí una cosa importante: el insomnio en la mayoría de los casos es síntoma de otro tipo de problemas y, en muchos casos, de tipo psicológico.

 

¿Pero a qué llamamos insomnio?

 

Principalmente el insomnio es un trastorno del sueño en el que hay dificultades para alguna de las siguientes opciones (o una combinación de ellas):

  • Quedarse dormido

  • Mantenerse dormido

  • Volverse a quedar dormido después de despertarse demasiado pronto.

 

Si esto ocurre en el transcurso de al menos tres meses, como unas tres veces por semana o más, técnicamente podemos hablar de insomnio.


Antes de que te autodiagnostiques, hay que saber diferenciar entre una alteración puntual del sueño y un insomnio agudo, uno incipiente o uno establecido o cronificado.


Y es que las alteraciones del sueño son MUY COMUNES en la vida de las personas y habitualmente responden a que se hayan producido diferentes cambios:


  • Un mayor estrés en la vida diaria (como un examen, una discusión con alguien o una entrevista de trabajo) puede dar lugar a unos días con peor calidad de sueño.

  • A veces un cambio en la alimentación puntual, como pasarse con el café o cambios en la ingesta de medicación puede influir o afectar al sueño.

  • Otras, un cambio en el turno de trabajo habitual, el jet lag, un cambio en las rutinas del día a día o cosas tan triviales como la cama o lugar habitual en el que uno duerme también puede tener efectos puntuales.

  • También tener un resfriado o una contractura puede alterar el sueño, evidentemente, igual que también puede hacerlo el tener una actividad física intensa antes de irnos a dormir.

  • Por último, la propia exposición a pantallas y especialmente si se trata de contenidos que generen cierta activación interior (esto dependerá de la persona) puede que alteren puntualmente nuestro sueño.

 

Todas estas situaciones se consideran NORMALES y no se debe hacer nada especial fuera del sentido común o, como mucho, cierta higiene del sueño. La vuelta a las rutinas normales situará el sueño en la normalidad de la persona.

 

Ahora, cuando la persona ya encadena unas cuantas semanas nos tiene que saltar la alarma. No para preocuparnos en exceso, sino porque, como decíamos, suele ser síntoma de otra cosa.


Si llevas semanas con el sueño alterado debes hacer una revisión interior e identificar qué puede estar generando este cambio. He aquí las causas más comunes:


  • Mayor nivel de ansiedad. Puede que últimamente te preocupes más por las cosas, haya algo que te estrese mucho, estés obsesionado con algo. A veces tiene que ver con anticipar escenarios, otras con carga de trabajo o problemas familiares. Revisa si sientes más estrés en tu día a día.

  • Bajo estado de ánimo. Mira hacia dentro y también hacia tus rutinas. Si han cambiado, has dejado de hacer cosas que te gustaban, si ya no te motivan o te notas apático, puede que tengas síntomas depresivos. Si además te notas más decaído o sencillamente más triste, ahí tienes una posible causa.

  • Situaciones traumáticas o recuerdos recurrentes. Si has vivido una situación de alto estrés o incluso algo que ha tenido un alto impacto emocional, es muy habitual que el sueño se altere generando insomnio, incluso si eso ha pasado hace ya un tiempo.

  • Uso de sustancias. Puede que estés usando sustancias como el alcohol, nicotina u otros con mayor intensidad por algún motivo. Revísalo tanto por el sueño como por la causa subyacente.

  • Malos hábitos. Si tenemos instaurado una mala rutina en el día, especialmente antes de dormir, podemos generar un insomnio en toda regla. Un ejemplo de esto es echarse siestas cuando el sueño está alterado, levantarse cada día a una hora distinta, a media noche comer o fumar, ver el móvil o la tele, etc.

  • Pródromos de una enfermedad mental. Si sufres de algún trastorno de tipo psicótico, bipolar o similar, las alteraciones del sueño deben vigilarse porque pueden ser el aviso de una nueva crisis.

 

Si sufres de insomnio y no identificas nada similar a esto o que pueda tener un componente psicológico, puedes hablar con tu médico de cabecera para hacer un chequeo de tu situación.

 

Por otro lado, si te identificas en alguno de estos puntos, no lo dejes, habla de lo que te ocurre con uno o varios apoyos cercanos y valora tu situación.

A su vez es muy posible que te beneficies al menos de una valoración psicológica que permita evaluar el problema e identificar posibles causas y tratamientos.


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